Page 32 - Apariencias - Alberto Pipino
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en la retórica del ícono.
Hoy cierta visión echa por el
agujero de Dios el aroma
de la noche, la luz del cuerpo
ausente, para caer como vino
en un íntimo polvo final.
Indulgente el ídolo, desde
los carteles que el viento agita
en las plazas, busca una tregua,
un respiro en esta clase de lucha.
En la certeza busca una coartada
una justificación, “era el signo
de la época”, “la fe”, “la patria”,
“el otro”, sin lío, ni guía,
se hunde entre pelos de piedra,
y pasiones sagradas, con su
contraseña para recibir en una
cita cantada al por venir.
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